Ahora que se acercan estas fechas llega el momento de pensar en el menú de Navidad, comprar el marisco, la carne, los aperitivos y dulces varios que devoraremos sin piedad. Y también hay que pensar en... ¿la decoración de la mesa?
Vemos en todas las revistas, en los anuncios de bombones, incluso en la publicidad del súper unas mesas decoradísimas a las que no les falta detalle, con todo a juego, perfectas para la foto. Pero ¿qué pasa cuando somos catorce para cenar, hemos sacado las mesas plegables para añadirlas a la principal y hay overbooking de platos y vasos, sacando sólo lo imprescindible? Sabiendo lo dadas que son las madres a preparar comidas pantagruélicas, ¿cómo vamos a poner el centro de mesa entre las botellas de vino, cerveza y cola y el plato de gambas?
Es más sencillo de lo que creéis. Si sobre la mesa no podemos poner muchos elementos extra, podemos, por ejemplo, poner un mantel de motivos navideños. Los hay de papel, muy económicos, o de tela, más finos. Puedes incluso comprar la tela y coserle un ribete a contraste. Esta es una solución que, por otra parte, te durará muchos años. Las servilletas de papel de Navidad también pueden ayudar a crear ese ambiente que buscas.
Algo que da un toque muy especial son las velas. No saques los candelabros, no, con dos velas, rojas o doradas, una a cada lado de la mesa, es suficiente. Puedes ponerlas incluso en un platito de café blaco, sin más.
Otra opción es poner ese centro de mesa tan bonito que has hecho tú misma antes de sacar el plato principal, con el apertitivo, que es cuando hay más espacio en la mesa, y luego retirarlo.
Los bajoplatos también son un elemento que no ocupa demasiado y viste mucho la mesa.
Para los dulces podemos utilizar un platito o bandeja con motivos navideños, o un bote galletero, una taza para el chocolate del roscón,... lo que se te ocurra. Ya que vamos a pecar con esos turrones y mazapanes, hagámoslo con estilo.